Crítica de La Visita: M. Night Shyamalan está de regreso

Sé lo que estás pensando: "¿Otra peli más de M. Night Shyamalan? Él no ha hecho nada bueno desde hace una década". No te preocupes, también asistí a La Visita con esa perspectiva. Para mi sorpresa, encontré una película que recordó en ocasiones a los mejores momentos del inicio de la carrera del irregular director y guionista.

Olvida atrocidades como "After Earth" o "La joven del agua", porque lo que tenemos aquí es algo más cercano a El Sexto Sentido (salvando las distancias), e incluso incluye un buen giro al final, algo que Shyamalan no conseguía hacer desde hacía mucho tiempo.

La Visita

Pero estoy poniendo el carro delante de los bueyes. La Visita es una película sobre dos hermanos adolescentes que se van a visitar a sus abuelos por primera vez. Por supuesto, la visita trae consigo una buena dosis de terror y, sorprendentemente, también hay buenos toques de humor.

Si la película funciona, el mérito es debido en gran parte al excelente reparto. Los jóvenes australianos Olivia DeJonge (Becca) y Ed Oxenbould (Tyler) interpretan a los típicos niños de la gran ciudad que, criados por su madre soltera (Kathryn Hahn), terminan por establecer contacto con sus abuelos a través de Internet. El trío parte entonces hacia Pensilvania, donde son recibidos por Nana (Deanna Dunagan) y Pop Pop (Peter McRobbie), unos abuelos que, como manda la tradición, están más que dispuestos a servirles comidas deliciosas y a tratar como Reyes a sus invitados. Obviamente, si la historia de La Visita terminase ahí, tendríamos ante nosotros la peor película de suspense de todos los tiempos, pero está claro que las cosas pronto comienzan a torcerse y los dos ancianos empiezan a presentar un comportamiento tremendamente sospechoso y misterioso, con visitas a la granja, vagando en mitad de la noche, etc.

Conforme el misterio se desarrolla, las cosas se vuelven cada vez más tensas, desembocando en un final con un giro y una explicación que incluye una escatológica escena sólo apta para estómagos fuertes, y que dejará al aspectador boquiabierto. Aunque la película no llega lo suficientemente lejos como para ser considerada un clásico o de visionado obligatorio, al menos vemos esa creatividad y originalidad que nos permite afirmar sin temor que M. Night Shyamalan todavía parece capaz de contar grandes historias en su carrera cinematográfica. Esperamos que esta significativa mejora en La Visita sirva al hindú para presentarnos un próximo proyecto todavía mejor.

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